sábado, 20 de noviembre de 2010

No todo es tan malo como me parecía ayer... al menos desperté sin signos de resaca!
El alcohol definitivamente saca lo peor de mí, y parece obvio que no me hace bien, sin embargo así como hay una frase que dice que todo lo que hagas en la vida es insignificante pero es importante que lo hagas, todo lo que cuando estoy borracha sale de mi es una mierda, pero es importante que salga... de mi sistema, al menos por un rato...
Hay tantas cosas que dejo que empañen mi vida, y quizás no hay ninguna que merezca la pena, pero hasta ahora no he sido capaz de obviarlas. Cuando bebo todas se mezclan y se hacen presentes como una bola de nieve que arrasa con mi calma y todo se vuelve exageradamente terrible.
Por una parte está ese eterno fantasma del pasado, la frustración de haber perdido lo que más he amado en esta vida y la rabia contenida por la cobardía de ambos... también el fracaso del presente, la oportunidad de rearmarme que dejé pasar una vez más, y que me toma y me deja cada semana... y la más repugnante de todas, la envidia, esa rabia de ver a otros disfrutar y siempre sentir que yo me lo merezco más, con argumentos tan estúpidos!
Pero es claro que todo viene de lo mismo, al parecer no soy nada sin alguien a mi lado, aunque casi siempre ha sido así y siempre encuentro como ocultarlo. Una vez tuve a alguien que para mí era maravilloso, el tiempo a su lado me hizo infinitamente feliz, pero cuando la vida nos puso una trampa no supimos superarla, y desde entonces no logro recuperarme, cuando he tenido nuevas oportunidades las he perdido, he sufrido y quizás también he hecho sufrir, y siento odio por la gente que no me ha hecho nada, que solo son felices... solo porque me duelen sus malditas sonrisas, es patético y sé que está mal, pero no sé como arreglarlo. Deseo con todo mi corazón que llegue alguien que me saque de esto, aunque sé que me corresponde a mí trabajar por mí misma, pero siento que no puedo esta vez.